luns, 2 de xullo de 2018

Lecturas (I): En el enjambre




A raíz de este artículo de El País descubrí a Byung-Chul Han, ensayista y filósofo surcoreano que destaca por su disección de nuestra sociedad del hiperconsumismo. Su primer libro ya apareció hace unos veinte años, pero hasta 2009, cuando comenzó a ser traducida su obra y 2010 cuando se publicó Die Müdigkeitsgesellschaft (La sociedad del cansancio en español) no empezó a captar atención fuera de Alemania, su país de adopción.

Su filosofía arroja luz sobre los cambios que sufrimos en la transición de la sociedad post-industrial a la digital. Reflexiones escritas con claridad, hieratismo y gravedad que pueden parecer exageradas pero son necesarias. En el enjambre es para mí el más poderoso de los tres libros que he leído de Han. En él nos invita a valorar por completo las consecuencias de la "embriaguez del medio digital" (p.11), ese panóptico donde entramos voluntariamente permitiendo que el big data desintegre con alegría nuestra vida privada.

La comunicación digital deshace las distancias espaciales e implica una erosión de las distancias mentales, lo cual va en detrimento del respeto, porque "Es precisamente la técnica del aislamiento y de la separación, como en el Ádyton, la que genera veneración y admiración" (p.14).

"«Respeto» significa, literalmente, «mirar hacia atrás» (...) presupone una mirada distanciada, un pathos de la distancia (...) Una sociedad sin respeto, sin pathos de la distancia, conduce a la sociedad del escándalo" (p.13)
Esta falta de distancia también lleva a una mezcla de lo público y lo privado, a una exposición pornográfica de la intimidad, porque ya no es posible ninguna esfera privada, "la dominante coacción icónico-pornográfica la elimina por completo" (p.15)

El tejido digital favorece la comunicación simétrica y activa, lo cual es positivo. Por otro lado, sin embargo, elimina jerarquías porque somos a la vez emisores y receptores y de ahí que ocurran shitstorms tan a menudo, como "reflujos comunicativos", ruidos o barullos.
"La comunicación digital hace posible un transporte inmediato del afecto. En virtud de su temporalidad, transporta más afectos que la comunicación analógica. En ese aspecto el medio digital es un medio del afecto" (p.16)
Ligadas a las shitstorms  y a esa sociedad del escándalo, están las olas de indignación, que movilizan y aglutinan atención pero que son efímeras y volátiles. Carecen de firmeza y actitud y no permiten diálogo ni discurso, porque son en realidad fruto de la preocupación por uno mismo.
"La indignación digital no puede cantarse [como la Ilíada]. No es capaz de acción ni de narración (...) es un estado afectivo que no desarrolla ninguna fuerza poderosa de acción. La distracción general, que caracteriza a la sociedad de hoy, no permite que aflore la energía épica de la ira" (p.22)
Otra idea subyacente que da título al libro es que la sociedad digital no puede definirse como una masa (Gustave Le Bon, 1895) o una comunidad, porque según Chul Han, es un enjambre digital donde "los individuos particulares se funden en una nueva unidad en la que ya no tienen ningún perfil propio. Una concentración casual de hombres no forma ninguna masa (...) no es coherente en sí. No se manifiesta en una voz. Por eso es percibido como ruido" (pp. 26, 27). El enjambre digital carece de intimidad de congregación, es volátil e inestable y se caracteriza por "la soledad (non multitud, sed solitudo)" (p.32).

La infoxicación es otra consecuencia inevitable: Ya que todos somos consumidores y productores a la vez, se incrementa exponencialmente la cantidad de información. Se produce una desmediatización de la comunicación y perdemos a la "clase sacerdotal" de los periodistas. Todos queremos estar presentes y dar nuestra opinión sin intermediarios.

Por otro lado, dado que exigimos transparencia total "se hace imposible una planificación lenta, a largo plazo. Ya no es posible dejar que las cosas maduren. El futuro no es la temporalidad de la transparencia. La transparencia está dominada por presencia y presente" (p.36). La exigencia de hacer transparente el escribir mismo influye también en nuestros procesos de escritura, que dejan de ser creativos y de entrar en lo no transitado para centrarse en la adición. 
"El medio del espíritu es el silencio. Sin duda, la comunicación digital destruye el silencio. Lo aditivo, que engendra el ruido comunicativo, no es el modo de andar del espíritu" (p.39)
Esta idea se desarrolla en más detalle en La sociedad de la transparencia donde la idea subyacente es que "La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual" (p.12).

Como sujetos digitales podemos tener la percepción de ser habitantes de un medio democrático, pero quizás no está de más revisar algunos parámetros sobre los que Han pone el foco, y ver cómo el "enjambre" nos somete a una constante observación, cómo construimos las proyecciones digitales de nuestra identidad y en qué basamos nuestra definición de éxito en esta era de modernidad tecnocapitalista y entrópica.


2 comentarios:

  1. Graciñas por este post no que nos deixas de novo o artigo de Byung- Chul Han. Un tanto apocalíptico si é, pero desde que o lin non deixo de pensar nel... Convén relelo para preparar a resistencia.

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    1. Vaia se non! Sempre fai falta ese contrapunto e medida de análise ante a apoloxía que ás veces se fai das tecnoloxías per se. O que me gusta de Han é que "remexe", fai pensar, e critica comportamentos, non "aparellos".

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