Aunque de manera un poco atropellada para mí por no haber gestionado bien los tiempos, llegamos al final del MOOC "Aprendizaje de lenguas sin fronteras: multimodalidad y factores afectivos en la enseñanza de idiomas" que comenzó hace apenas un mes.
Cierro esta serie de entradas con una reflexión final sobre la experiencia de aprendizaje, que valoro positivamente. En términos de carga de trabajo, el curso no ha sido demasiado exigente, pues eran tareas que estamos acostumbrados a llevar a cabo en nuestro trabajo como docentes (diseño de actividades y secuencias didácticas, generación de mapas mentales, etc).
En lo que tiene que ver con el contenido, me ha resultado interesante en general si bien no eran ideas completamente nuevas. El único apartado que desconocía por completo es el que ahonda en la manera en que asimilamos la información según su distribución y estructura en el espacio. Lo recogí en los apuntes visuales en la entrada III. Pienso que es muy práctico y algo a tener en cuenta cuando publicamos información en nuestras redes sociales o diseñamos materiales para el aula.
Por otro lado, creo que es mejorable la distribución del contenido, pues en los módulos IV y V hay bastante más material adicional (documentos largos además) que en los otros tres. A mí no me ha dado tiempo de leer todo y me ha dado pena, porque realmente son estudios relevantes y necesarios.
Resulta inspirador ver las propuestas de otros docentes y hacer una evaluación de las mismas, pero me parece un poco repetitivo hacer esto en todos los MOOC. No sé si sería posible hacer alguna otra tarea conjunta desde el inicio del curso, aunque fuese en parejas. Entiendo que entra un poco en contradicción con el aprendizaje autónomo y autorregulado, adaptado al ritmo individual de cada estudiante, pero me parece que se enriquecería enormemente el curso con esa dimensión colaborativa.
Termino con una cita de Javier Ávila sacada de uno de los estudios que aparece en este último módulo, y la acompaño de una imagen que no es más que un resumen visual de lo aprendido.
"El aprendizaje se conecta con la emoción cuando, durante el proceso, podemos percibir que la experiencia de aprender es rica sensorialmente e implica al alumno no sólo de cuello para arriba, sino en su dimensión cognitiva, afectiva y física".
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